Transcripción de vídeo
¡Oh, Dios mío!
Me duelen los pies.
No sé quién pensó que era una buena idea.
para hacernos usar estos tacones ridículamente altos
en la oficina
¡Oh, Dios mío!
Me duelen los pies.
No sé quién pensó que era una buena idea.
para hacernos usar estos tacones ridículamente altos
en la oficina