¡Mi padrastro la acompañó conmigo en la habitación!

Nunca se avergonzó de absolutamente nada y aun sabiendo que yo estaba al lado tumbada en la misma habitación y en la misma cama, le comió el coño con el mayor deseo del mundo y sin preservativo... Y yo estaba a un lado escuchando todo e incluso sintiendo las vibraciones de la cama con el puñetazo brusco que siempre daba en el pelo dentro del coño grasiento que tenía.